La
prisión de los muros blancos
(Reseña de La Casa de Bernarda Alba)
Entre los muros blancos se pasea la libertad, ahogada en penas,
esperando la noche y sus
sombras, ahí, donde por fin se libera.
Seguramente al escuchar
el nombre del escritor Federico García Lorca (1898-1936) muchos de nosotros
recordaremos la gran fama que como poeta este español ha logrado fraguar, aún
después de su temprana muerte; quizás recordaremos algunos versos, o al menos
el tema o historia que trata su “Romance de la luna, luna”, el cual es uno de
los poemas más conocidos de Lorca.
Sin
embargo, pocos saben que la genialidad
de este poeta también llegó a estar presente en el teatro, con obras
como: Yerma, Bodas de Sangre, La Zapatera Prodigiosa, entre muchas otras más.
Entre
sus múltiples dramas se encuentra La Casa
de Bernarda Alba, obra teatral de
1936, a la que dedicaré las siguientes líneas. Este drama se desarrolla, tal
como lo dice el título, en la casa de Bernarda Alba, una mujer de sesenta años,
la cual tiene cinco hijas (todas con edad suficiente para casarse) y se
caracteriza por ser autoritaria, fría y muy conservadora, además de que es una
de las personas más ricas e influyentes del pueblo en el que vive. Por esta
razón cree, que ningún hombre de ese pueblo merece a sus hijas, por lo que las
mantiene aisladas y alejadas del mundo exterior, principalmente del sexo masculino,
siendo así como construye, delante de todo el pueblo, una vida intachable y
conservadora. Aunque el gobierno dictatorial de Bernarda mantenga controlada a
sus hijas, ella no puede mandar en los sentimientos de éstas, las cuales añoran
amor y libertad. La represión que ejerce Bernarda sobre sus cinco herederas y
los sentimientos tan apasionados que éstas guardan, harán que en la casa de
muros blancos se desate una tormenta, la cual
se liberará con la llegada de Pepe el Romano, el prometido de Angustias,
la hermana mayor de la familia.
La Casa de Bernarda Alba
no solamente muestra al lector una historia entretenida y emocionante, en la
que la afrenta silenciosa entre las hermanas por Pepe el Romano, quien es el
objeto del deseo, mantendrá la atención, y la tensión, hasta el final, sino
también, la obra nos revela el papel de la
mujer española en las primeras décadas del siglo XX, así como una crítica
y denuncia a las tradiciones tan conservadoras que aún se mantenían en la
sociedad. Cabe mencionar que la obra está cargada de símbolos, los cuales
pueden apreciarse en la escenografía y en los personajes, éstos ayudan a
remarcar la atmósfera pesada y reprimida que se forja en la casa de Bernarda,
así como la caracterización de ésta: un santuario de pureza y obediencia
incondicional, que Bernarda cree tener bajo control, sin darse cuenta que por
las noches los deseos reprimidos de sus hijas salen a pasear ocultos entre las
sombras.
Aunque
la obra trate un tema trágico y serio, también se apreciarán momentos cómicos,
casi siempre encarnados por los personajes de La Poncia y María Josefa. Sin
embargo, en algunas partes de la historia, se notará un exceso de dramatismo,
el cual no ofende ni cae en lo burdo, pero sí logra enlazarse perfectamente con
la historia y el tema que trata, remarcando con gran intensidad la tragedia que
viven las hermanas, a causa de la
autoritaria de su madre.
Ahora
bien, si no se tiene la oportunidad de leer o ver escenificado el drama
lorquiano, existe una adaptación cinematográfica española de 1987, dirigida por
Mario Camus, la cual es bastante fiel al texto original.
La
película sólo sufre algunas adaptaciones en el orden de algunos diálogos y
momentos de la historia, reajustándolos para recrearlos en otros lugares de la
casa, y no sólo en uno de ellos, como se hace en la obra teatral. También se
colocan algunas escenas ajenas a la obra inicial, como quehaceres de la vida
cotidiana, que ayudan a reforzar la idea de una existencia tediosa y repetitiva
en el día, así como escenas nocturnas, las cuales muestran más explícitamente
la situación que acontece con Pepe el Romano; estas escenas no perjudican la
trama original, y aunque algunas lleguen a considerarse como innecesarias,
están ahí para darle una continuidad más lógica a la película.
La Casa de Bernarda Alba
es una obra que critica la permanencia de algunas tradiciones y el papel de la
mujer en la sociedad, pero también cuenta una lucha entre los deseos de
libertad y el poder dictatorial encarnado en el personaje de Bernarda Alba, que
finalmente terminará en tragedia.
Valeria Villalpando Díaz